El recorrido de este sendero está presidido por la figura de la Cerrada de Lézar y sus impresionantes paredes de roca caliza que albergan una interesante muestra de vida vegetal y animal. Hasta llegar aquí, el sendero nos regalará también con otros ejemplos de la belleza del paisaje de estas tierras, como las vistas panorámicas sobre el valle del Castril o las formaciones de vegetación natural de encinas y pinos, de sauces espléndidos o de cornicabras y almeces.