Destacan en el entorno urbano por ser los edificios más antiguos que se conservan en la localidad, junto con el Pósito y la Iglesia, pero sobre todo por la variedad y la riqueza de los elementos decorativos interiores. Son construcciones que datan del siglo XVIII, edificadas en su momento por familias adineradas y bien situadas de la época, destacando las de las familias burguesas de los Mancebo y los Fernández. Estos edificios conservan enormes riquezas en su interior.